martes, 10 de mayo de 2022

Día de la Comunicación Social: Canciones que nos hicieron reflexionar sobre el papel de los medios

Un recorrido musical que nadie pidió sobre  qué tan bien y tan mal nos hacen.  

Quizás resulte paradójico que el Día de los Medios de Comunicación Social no tenga tanta prensa. Puede que al leer esto te estés enterando que se conmemora cada 10 de mayo en todo el mundo, justo una semana después del Día Mundial de la Libertad de Prensa, pero esto es tan solo un detalle.

También es paradójico que haya sido la iglesia católica que lo instauró, y que entre los orígenes de los periódicos se encuentre la función de mantener al comercio sano, cuando mercaderes comenzaron a comprar información sobre rutas seguras para no perder sus especias a manos de saqueadores.

En fin, demasiada profundidad para lo que quisiera expresar, aunque no me voy a adentrar directamente al día, que debería ser una jornada de reflexión acerca del papel de los medios de comunicación en la sociedad, más aún en tiempos en los que a veces olvidan su  responsabilidad mediante la proliferación de información con poca rigurosidad periodística y con el afán de confundir o difundir contenido engañoso para desinformar. De repente no solo los que estamos vinculados con los medios desde distintos lugares tuvimos que ser cautos con el ejercicio de detectar si una noticia era tal.

Volviendo a lo que seguro pueda entretener un poco más, me dispongo a hacer un viaje musical por bandas que pusieron el foco sobre el papel de los medios. Algunos lo hicieron desde la crítica (negativa) o desde su carácter, a veces, disfuncional. Otros solo lo mencionaron o giraron sus historias.

La inmediatez con la que nos enteramos de qué sucede en el Congo, o si en China están trabajando en nuevos hallazgos científicos, o si un estudio en Michigan descubrió tal o cual cosa ya no nos sorprende y da cuenta de verdades que son ajenas a nuestro modo de vida. Su repetición en las pantallas nos convoca a interiorizarlo y hasta perdemos de vista la lejanía y su nulo impacto en nuestro quehacer habitual. En 1989 Joaquín Sabina escribió una canción para la cantante mexicana Guadalupe Pineda. Se titulaba “Eclipse de mar”, que conoceríamos -con algunos ajustes- de parte de su boca en 1990 entre los temas de su séptimo disco, “Mentiras piadosas”. Parte del éxito de esa canción se le debe a la participación, en su composición, del escritor y músico, y cineasta, y escultor, y pintor y poeta español Luis Eduardo Aute (permítaseme abusar de la conjunción “y” como efecto de exageración de la suma de actividades que este casi desconocido en nuestra tierra se dedicó a acumular).

Si no te suena de entrada esta canción solo voy a ayudarte diciendo que arranca con “Hoy dice el periódico que ha muerto una mujer que conocí”, y que quizás la tengas también presente gracias a -me pongo de pie- Juan Carlos Baglietto -me siento nuevamente-.

¿Qué tratan de hacer Joaquín y Aute? Explicar que las noticias internacionales poco les importan. Al narrador le interesa lo que tiene que ver con las relaciones interpersonales entre los más cercanos. Puntualmente sobre “esa” persona. Al sujeto no le interesa nada más que saber de la otra persona. Ni pelota con que perdió el Atlético  de Madrid (club del cual es hincha Sabina y hasta escribió su himno), ni que las putas en Moscú están de huelga. De la persona que le interesa, ni noticias. Arriba de todo ponen la importancia de la cotidianeidad, lo singular y la experiencia personal. Abajo, lo que se cree que es noticiable para la mayor cantidad de personas -o lectores, espectadores, consumidores de medios-. En momentos en que lo privado busca ser convertido en acontecimientos públicos como solemos toparnos en las revistas del corazón (y con esto se te cayó el DNI, Matías), es lo mínimo y minúsculo lo que al narrador le da peso con fuerza.

Sabina y Baglietto: Eclipse de mar 

Y sobre la poco suficiente efectividad de la barrera que divide lo público de lo privado de una celebridad, Michael Jackson en 1987 lo ilustra con su tema “Leave me alone”. Se desquita con la prensa mencionando lo mal que le hace una relación. “Leave me alone, stop it!Just stop doggin' me around”, le pide a la prensa en el videoclip, que está hecho con páginas de diarios satirizando rumores de la vida del cantante.

Michael Jackson – Leave me alone! 

Otro punto sobre el que detenernos en este día está en la sobreinformación a la que estamos expuestos (ni me voy a frenar en que en realidad es una acción más activa que pasiva). El control del consumidor de medios es expresado en Rather Be, de The Verve, en 2008. Por esos días, Richard Ashcroft, cantante y líder de la banda, expresaba en la BBC algunas cosas referidas a lo que quisieron decir con la letra: “Estamos tan bombardeados con tanta información y hay un punto en el que solo tenés que apagar y desconectarte de todo”.

The Verve – Rather be 

Los medios también refuerzan valores y modos de percibir al mundo. A veces se pasan y construyen estereotipos que afectan a los públicos negativamente (a propósito, en nuestro país tenemos la Defensoría del Público para promover a diversidad cultural y lingüística y combatir contenidos perjudiciales para la sociedad). De eso habló Robbie Williams en 2013 con su canción “No one likes a fat pop star” después de que varios medios se centraron en criticar que estaba excedido de peso (elegí esa palabra porque tenemos establecido que debe haber un límite desde lo estético y de él tenemos que desprendernos). Ya lo dice el título y lo repite en la letra: “nadie quiere a una estrella del pop gorda”. En la canción cuenta que un día tuvo que suspender desayunos y comidas, y con ellas, la alegría. Todo para ser una estrella musical acorde a los cánones que los medios suelen reforzar.

Robbie Williams – No one likes a fat pop star

Por último, celebremos que las noticias y los medios han contribuido a la creación de grandes canciones. En 1981, The Human League lanzó el disco Dare!, que contenía el clásico “Don’t you want me”. Se trata de una conversación algo tóxica entre dos que fueron pareja. En la historia, el narrador hombre cuenta que conoció a una mesera y la llevó al estrellato, aunque ahora estén peleando. La canción estuvo inspirada en artículo de revistas destinadas a las mujeres. Lo que dejó: número 1 en los charts inglés y norteamericano.

The Human League – Don’t you want me